Para la comunidad no médica.
Las hormonas son sustancias producidas por células u órganos específicos del organismo que cumplen una acción determinada en diferentes momentos de la vida de una persona. Por ejemplo, la testosterona en el varón actúa en la adolescencia produciendo la aparición de los caracteres sexuales (cambio de voz, aumento del vello corporal) y luego manteniendo estos rasgos y actuando sobre el deseo sexual y la erección. En tanto en la mujer las hormonas actúan también en la aparición de los caracteres sexuales, el inicio de la menstruación y son imprescindibles para el adecuado desarrollo reproductivo.
La producción de estas hormonas va declinando con el correr del tiempo en el hombre y la mujer. Un claro ejemplo de esto es la menopausia en la cual el ovario (encargado de producir el estradiol, entre otras hormonas) deja de producir óvulos y la mujer no continúa con sus ciclos menstruales y cesa su capacidad reproductiva. En cambio, en el varón el descenso de la testosterona se produce en forma solapada (alrededor de un 2% anual a partir de los 40 años de edad).
Se plantea desde el punto de vista médico el reemplazo hormonal cuando la deficiencia de las mismas altera la calidad de vida de las personas. Este reemplazo se realiza con hormonas bioidénticas que son sustancias producidas en un laboratorio con la misma estructura de la hormona que produce el organismo. Estas hormonas están bajo un estricto control en cuanto a su calidad, envasado, distribución y forma de aplicación. Su uso está indicado para reemplazar el efecto que tendría la hormona producida en el organismo en la persona que tiene síntomas atribuibles al déficit de la misma. Previo a la posibilidad de reemplazo debe constatarse su déficit o ausencia mediante exámenes de sangre realizados en un laboratorio de referencia. Las hormonas más frecuentemente utilizadas en la práctica médica para este reemplazo son la testosterona, el estradiol y la progesterona.
El tratamiento y control de un paciente que se encuentra bajo un tratamiento de reemplazo hormonal debe ser seguido por un médico en forma periódica ya que no está exento de riesgos.
En los últimos años se observó un aumento en el uso del renombrado CHIP SEXUAL (estimulado por un gran apoyo publicitario con figuras conocidas), el cual está mal indicado ya que se utiliza en pacientes sin déficit hormonal con la finalidad de mejorar el vigor sexual, el deseo o como tratamiento anti envejecimiento. Este mal uso de los tratamientos pone en riesgo al paciente ya que recibe un tratamiento innecesario, que produce un aumento de los valores hormonales por encima de lo normal y de esta forma aumentando el riesgo de sufrir consecuencias que habitualmente son minimizadas o no mencionadas por la persona responsable de la colocación de este dispositivo.
Por otro lado, este procedimiento casi siempre es llevado a cabo con hormonas bioidénticas producidas fuera de los controles establecidos por los diferentes organismos reguladores y NUNCA es vendido en una farmacia bajo receta médica (por ese motivo desconocemos la composición hormonal). Las mismas son promocionadas bajo el eslogan de HORMONAS NATURALES (NO LO SON, son fabricadas en un laboratorio sin las medidas de control) y sin riegos asociados (los riesgos serían mayores ya que se utilizan en pacientes sin déficit hormonal diagnosticado).
Dado la amplia disponibilidad de hormonas aprobadas, producidas en instalaciones controladas y con una alta calidad de seguridad y eficacia, no hay justificación para la prescripción de hormonas bioidénticas “personalizadas” o “naturales” que pueden ser potencialmente dañinas por su mal uso. Es necesario desterrar por completo la creencia de que en la práctica médica cotidiana no se utilizan hormonas bioidénticas, cuando sí se hace y se utilizan preparados farmacéuticos de calidad y de alta seguridad.
Las distintas sociedades científicas, como la Endocrine Society o la North American Menopause Society, entre otras, no respaldan la seguridad y la utilización de estos productos. Esta es la posición, también, de la Sociedad Argentina de Endocrinología, Metabolismo (SAEM) y es el motivo de este comunicado conjunto realizado por los departamentos de Andrología y Endocrinología Ginecológica
Desde la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo (SAEM) aclaramos que el reemplazo hormonal en cualquier persona debe establecerse bajo un criterio diagnóstico claro, habiendo confirmado en un laboratorio de referencia el déficit de las mismas y que dicho tratamiento debe ser llevado a cabo con hormonas bioidénticas correctamente identificadas, bajo estricto control por un médico con experiencia en el tema y que no deben ser aplicadas en pacientes sin déficit hormonal.
Departamento de Endocrinología Ginecológica
Departamento de Andrología